CAYETANA DE SILVA,
DUQUESA DE ALBA
(1762-1802)
Bio
Noble española, decimotercera duquesa de Alba de Tormes y Grande de España. Cayetana de Silva heredó a los 14 años de edad el Ducado de Alba. Así, se convirtió en la segunda mujer en ostentarlo por derecho propio, después de su abuela. Con el fin de preservar los dos ducados españoles más poderosos, el de Alba de Tormes y el de Medina Sidonia, su abuelo la casó a los doce años con su primo, José Álvarez de Toledo y Gonzaga, arquetipo del aristócrata ilustrado. El matrimonio se convirtió en el más poderoso, acaudalado y titulado del Reino de España, en constante competencia con los duques de Osuna. De esta forma, Cayetana fue la persona que más títulos de nobleza ostentó en la España de la época (31 de la Casa de Alba y 25 de la Casa Medina Sidonia).
Enviudó de su primo en 1796, sin haber tenido hijos que conservasen los títulos de ambos linajes. De esta forma, los de su marido recayeron en su cuñado, Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga, mientras que la mayoría de los suyos pasaron a manos Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva, sobrino-bisnieto de su abuelo. La familia vivió a caballo entre el Palacio de la Moncloa y el de Buenavista, pero a la muerte de su marido, la Casa de Alba cambió su residencia madrileña al Palacio de Liria. Cuando enviudó, se retiró al Palacio de Doñana, con el pintor Francisco de Goya, de la que fue musa y mecenas, quien la retrató y plasmó esas marismas como paisaje de las majas.
Cansada de las intrigas de la Corte, abandonó Madrid y fijó su residencia entre el palacio abulense de Piedrahita y el gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Fue la mujer más controvertida de su época, debido a su hermosura, riqueza, sensualidad y vida liberal. Por esta razón, los datos reales y los novelescos se entremezclaron en su biografía. Su carácter imprevisible la hizo rivalizar con otras damas destacadas de Madrid. Entre ellas, la duquesa de Osuna o la vizcondesa de Bearne. Incluso, compitió directamente con la reina de España, María Luisa de Parma, rivalizando por sorprender en atuendo y lujos. Después, la reina le acusó de conspirar contra su protegido, Manuel Godoy, quien presuntamente también habría tenido relaciones con la duquesa cuando era ya viuda. Finalmente, Cayetana murió repentinamente en 1802, a los cuarenta años, en su Palacio de Buenavista, víctima de una fiebre.