¿CÓMO ERAN LOS HARENES DE AL-ANDALUS?
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El harén es el recinto que más literatura ha generado, y a veces, con una cierta insana curiosidad. En la época de Al-Ándalus varios palacios fueron edificados con un área reservada conocida como harén. Al contrario de lo que popularmente se piensa, era un espacio privado destinado a las mujeres de la familia real y a los sirvientes femeninos.
Es importante tener en cuenta que el término harem en el contexto histórico de la España musulmana no tiene el mismo significado que en la concepción orientalista de pintores y escritores que creció con fuerza en el siglo XIX. Estosartistas occidentales representaban por imitación o mistificación determinados aspectos de las culturas orientales en Occidente que terminaron por convertirse en tópicos estereotipados. Algunos de estos destacados pintores orientalistas fueron: Jean Auguste Dominique Ingres, Eugène Delacroix o Jean-Léon Gérôme, entre otros.
Posiblemente, la Alhambra de Granada, construida en el siglo XIII por los gobernantes nazaríes, sea el más famoso palacio de Al-Ándalus. En su harem residían las esposas y las concubinas del sultán. Otro palacio importante fue el Alcázar de Sevilla, originalmente fortaleza almohade del siglo XII reconvertida en residencia real, donde habitaban las mujeres de la familia real y las sirvientas. Por su parte, el Alcázar de Córdoba fue ampliado por los califas musulmanes sobre restos romanos, y contaba con un harem para las mujeres de la corte. Finalmente, el desaparecido palacio de Medina Azahara, la lujosa residencia que hizo construir Abderramán III donde, según el escritor marroquí del siglo XIII, Ibn Idhari, el primer Califa de Al-Ándalus disponía en su harén de más de 6300 esposas, concubinas y otras esclavas de variada raza o nacionalidad, ya que representaban un símbolo de poder.

Elena Díez Jorge, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Granada e investigadora de la huella que dejaron las mujeres en la Alhambra afirma que: “ni vivían cientos de mujeres hacinadas en una sola habitación ni tocaban instrumentos desnudas en el harén esperando al sultán”. No eran mujeres pasivas, era una sociedad casi autónoma, organizada y jerarquizada en la que se podían tramar todo tipo de conspiraciones. Además, utilizaban a los eunucos para controlar la vida pública de palacio y, a través de las celosías que conectaban sus habitaciones con las salas de gobierno, podían observar sin ser vistas. Era un lugar mucho más político que literario.
El harem en Al-Ándalus se dividía jerárquicamente, y la estructura interna variaba dependiendo del tamaño y la posición social del gobernante y su familia. Estaría encabezada por la esposa principal o principal consorte, también conocida como «walida» o «haseki». Además, el gobernante podía tener varias concubinas, también conocidas como «qiyama» o «cariacongo», que eran mujeres no casadas con las que el gobernante mantenía relaciones íntimas. A continuación, estarían las hijas solteras del sultán y las viudas de gobernantes anteriores también formaban parte del harem. Y, por último, albergaba a un grupo de sirvientas y servidoras que atendían las necesidades de las mujeres realizando diversas tareas domésticas. Su estatus era inferior al de las mujeres de la familia real, pero eran esenciales para el funcionamiento del harem.
Las principales salas de la Alhambra conectadas con el harem son: el Patio de los Leones; la Sala de los Abencerrajes; la Sala de los Reyes y también se incluían los Baños de Comares y el de la Mezquita. El diseño y la decoración del estaban destinados a crear un ambiente íntimo, elegante y lujoso y se caracteriza por el uso extenso de estuco tallado y azulejos de cerámica. El Patio del Harén muestra una decoración más acorde con el espacio privado: zócalos de pintura mural con almagra, mucho menos pretenciosa que los grandes alicatados o las impresionantes yeserías.

Díez Jorge apunta que “incluso es posible que no hubiera un solo harén, sino varios”. Considera que otro espacio que probablemente fuera femenino en algún momento son las Casitas del Partal, un conjunto de cuatro viviendas del siglo XIV situadas entre el Pórtico del Partal y el Palacio de Comares. Lo más destacado de este espacio son las pinturas nazaríes con figuras humanas y motivos de caza, guerra y botines que se han conservado en su interior. Son un ejemplo de que sí existieron representaciones humanas en el arte andalusí. Además, aparecen retratadas mujeres tocando instrumentos junto a las jaimas.
Para finalizar suscribo las palabras de la mencionada profesora: “hay que integrar a las mujeres en la historia universal. Quiénes eran, qué hacían, qué objetivos tenían y cómo los cumplían son preguntas que debemos hacernos para crear un relato riguroso y objetivo de los acontecimientos. Las mujeres son sujetos de la historia y no objetos pasivos”.
Giovanna G. de Calderón
MUJERES Y PATRIMONIO
1 de septiembre de 2023
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