DAMA
DE ELCHE
(Siglos V-IV a. C.)
Bio
La Dama de Elche es una escultura íbera, con influencia fenicia y griega, propias de la zona mediterránea. Está realizada en piedra caliza porosa y, originalmente, estaba policromada. Representa a una mujer ricamente ataviada, vestida con una túnica, un vestido y, sobre éste, un manto abierto en solapas. Su rostro muestra unas facciones perfectas, con rasgos finos. La serenidad del rostro contrasta con la exuberancia de los adornos. Dos grandes rodetes de los que cuelgan unas ínfulas, enmarcan su rostro que está coronado con una diadema y un velo. La toga se ajusta con una fíbula y lleva tres collares con colgantes, probablemente portaamuletos. Todavía se desconoce si esta mujer era una alegoría a la feminidad, una diosa, una sacerdotisa, una reina o una orante. Al ser encontrada fuera de contexto, es difícil llegar a una conclusión definitiva sobre su significado y función.
Dadas las dimensiones y la gran cavidad, podría tratarse de una deidad o, tal vez, tendría funciones funerarias al disponer detrás de un espacio para depositar ofrendas o talismanes. Fue hallada en la finca La Alcudia, propiedad de Manuel Campello Antón, que la vendió al Louvre ya que el Museo Arqueológico Nacional, no mostró interés. La Segunda Guerra Mundial obligó a movilizar parte de la colección del museo francés para protegerla, y así fue a parar al castillo de Montauban. Finalmente, en 1941, tras un acuerdo entre los generales Philippe Pétain y Franco, se llevó a cabo un intercambio de obras de arte y La Dama de Elche regresó definitivamente a España.