DE CÁCERES A GAUDÍ,
SIGUIENDO A SAN JORGE Y EL DRAGÓN
San Jorge es patrón de numerosas ciudades del mundo. En esta ocasión, nos vamos a detener en Cáceres y en Barcelona, por motivos diferentes.
El 23 de abril es una de las fechas más importantes para Cáceres, inscrita en la UNESCO en 1986, que celebra la festividad de su patrón. Según cuenta la leyenda, la ciudad se reconquistó gracias al engaño de un capitán cristiano a una princesa mora, a la que sedujo para conseguir las llaves de un pasadizo para entrar a la ciudad, sorprendiendo así a los musulmanes que perdieron la batalla. Se cuenta que el Caíd, antes de morir, furioso y dolido por la traición de su hija, le lanzó una maldición que la convirtió en gallina y a sus doncellas en polluelos recubiertos de plumas de oro, para que vivieran por los siglos de los siglos en los pasadizos de la localidad. Y esto ocurrió el 23 de abril, festividad de San Jorge.
¿Quién fue San Jorge?
Pero, ¿quién fue San Jorge? Militar, santo y mártir, nacido en Capadocia, que sufrió grandes torturas por orden del gobernador Daciano. A finales del primer milenio se forjó la leyenda de su lucha contra un aterrador dragón para liberar a una hermosa doncella. Del monstruo caído brotó una preciosa rosa roja y Jorge se la entregó a la princesa en señal de gratitud. Su imagen de caballero medieval que lucha contra el invasor musulmán se extendió rápidamente por el mundo cristiano, difundido por la iglesia y, sobre todo, por las órdenes militares como los Templarios, que invocaban su protección. Probablemente, esta leyenda inspiró la rosa como regalo de los enamorados a sus novias para celebrar esta festividad en Cataluña y en otros muchos lugares de España.
Por su parte, la obra de Antoni Gaudí, inscrita en la lista de Patrimonio Mundial desde 1984, dejó la impronta de Sant Jordi y el dragón en la fachada de la barcelonesa Casa Batlló, también conocida como la «Casa de los Huesos». El genio utilizó elementos estructurales y decorativos para narrar esta historia. Las escamas del dragón hechas de cerámica vidriada recubren la azotea, mientras que la espada de san Jorge sobresale por el tejado.

En el balcón superior una flor alude a la princesa, mientras que el resto de los balcones parecen calaveras, simulando las víctimas del supuesto monstruo. Las columnas emulan los huesos y los remates de la escalera recuerdan el espinazo de la cola del animal abatido. Por último, el desván con la sala de arcos catenarios, evoca la caja torácica del malvado dragón.
Encargada por Don Josep Batlló Casanovas, esta casa decimonónica refleja el carácter de sus propietarios, lleno de luz y color.
Pon en marcha tu curiosidad y averigua la historia de algunos de los rincones más bellos de estas ciudades. ¡Te esperamos!
Giovanna G. de Calderón
Abril, 2022
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