DÍA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA EN ELCHE
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El 9 de octubre es el Día de la Comunidad Valenciana y en él se conmemora la entrada a la ciudad de Valencia, en 1238, del rey de Aragón Jaime I El Conquistador. Se constituyó formalmente en 1982, al aprobarse su Estatuto de Autonomía. Por cierto, el porcentaje de mujeres de las Cortes Valencianas es del 49,1% (2021).
Esta comunidad cuenta con un rico patrimonio artístico, entre los que destacan los tres lugares declarados Patrimonio Material de la Humanidad: la Lonja de la Seda; el Palmeral de Elche y el Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.
En esta ocasión nos acercaremos al Palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la UNESCO en 2000, por ser un ejemplo único de las técnicas agrícolas árabes en el continente europeo. Es el más grande de Europa con una extensión aproximada de 500 hectáreas y alberga una cifra cercana a las 300.000 palmeras datileras importadas por los musulmanes en el siglo VIII.

Sabemos que este palmeral ya existía en época fenicia e íbera, éstos lo habitaron, desde el siglo VI a.C. hasta finales del I a.C., en el levante y sur de la península ibérica. Sus mujeres intervinieron de forma activa en el desarrollo de todas las esferas de la sociedad: la económica, la política, la social y la cultural, como se aprecia en las representaciones iconográficas.
Buena muestra es la Dama de Elche, una escultura íbera de los siglos V-IV a. C., realizada en piedra caliza porosa y, originariamente, policromada. Representa a una mujer ricamente ataviada, vestida con una túnica, un vestido y, sobre éste, un manto abierto en solapas. Su rostro muestra unas facciones perfectas, con rasgos finos. Su serenidad contrasta con la exuberancia de los adornos. Dos grandes rodetes de los que cuelgan unas ínfulas, enmarcan su rostro que está coronado con una diadema y un velo. La toga se ajusta con una fíbula y lleva tres collares con colgantes, probablemente portaamuletos. Al ser encontrada fuera de contexto, todavía se desconoce si era una alegoría a la feminidad, una diosa, una sacerdotisa, una reina o una orante.
Las mujeres íberas podían elegir libremente a su esposo y su principal papel era la procreación, por lo que tenían diosas protectoras de la fecundidad humana o de la fertilidad animal y de los campos. En el ámbito doméstico, las mujeres trabajaban en el campo, confeccionaban tejidos o elaboraban artesanía y consiguieron crear una red comercial dedicada a la venta sus productos.
Cuidaron mucho su aspecto externo, dividido en cuatro elementos principales: el tocado, el traje, los adornos y el calzado, para lo que utilizaban distintos objetos hallados como joyas, pinzas depilatorias, tarros para perfumes, cremas o pinturas. Las señoras de clase alta participaron, al igual que el hombre, en actos religiosos.

Es posible que el sacerdocio estuviera compuesto principalmente por mujeres y existieron importantes sacerdotisas relacionadas con el mundo irracional, místico e incluso mágico, por lo que eran consideradas las mediadoras entre el hombre y los antiguos dioses. Según Estrabón, fueron guerreras de enorme valentía y tuvieron un papel determinante en las distintas batallas contra romanos y púnicos. Asimismo, en las necrópolis aparecen enterradas con el mismo ritual que el hombre, con la sola diferencia del ajuar funerario.
En la romanización, Ilice (Elche) se convirtió en un núcleo en torno al cual se repartían tierras a los militares veteranos para reconocerles el servicio prestado al Imperio. A ellos se les debe la introducción del sistema de regadío.
Bajo el dominio musulmán, ya en el siglo VIII, el Palmeral producía los mejores dátiles de Al-Andalus y es un testimonio vivo y singular de la revolucionaria cultura hidráulica desarrollada por el Islam en la Península Ibérica. Asimismo, encarna el esfuerzo mudo de generaciones de campesinos, hombres y mujeres, cuyo ingenio y laboriosidad transformaron desiertos en vergeles, generando la riqueza material que sustentó el extraordinario esplendor de la cultura andalusí.
Adéntrate en este jardín de jardines, y descubrirás un conjunto de huertos de palmeras atravesado por la ciudad de Elche, que conforman un curioso mapa. La primera sorpresa cuando llegas es que no hay puerta para entrar en el palmeral porque ¡Elche es el Palmeral!
MUJERES Y PATRIMONIO
Giovanna Gutiérrez de Calderón
Octubre 2022
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