EXPOSICIÓN ‘EL PODER DE LAS MUJERES’
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La exposición «El poder de las mujeres. Ecos del Weibermacht en la Colección Mariano Moret» se ha inaugurado en el Museo de Bellas Artes de Sevilla el pasado 17 de mayo. Reúne 53 grabados pertenecientes a la Colección Moret realizados por artistas alemanes, flamencos, holandeses, franceses e italianos del siglo XVI, como Lucas Van Lyden, Georg Pencz o Sebald Beham y podrá visitarse hasta el 17 de septiembre.
La muestra explora la imagen femenina bajo el influjo del Weibermacht (el Poder de las Mujeres) que es un fenómeno social y cultural que adquirió un singular desarrollo en la Europa germánica durante la Edad Media y el Renacimiento. Se convierte en un topos artístico que muestra a determinados héroes sucumbiendo ante mujeres que emplean su astucia y belleza para dominarlos y ridiculizarlos.
El origen de este movimiento surge a finales del siglo XIV, cuando una serie de creaciones literarias que ensalzaban a la mujer generan un debate en torno a las afinidades y diferencias entre ambos sexos. Como reacción contraria a esta corriente de pensamiento que reivindica a las mujeres, aparecen estampas que se dedicaban a ridiculizarlas y advertir del peligro que éstas suponían para los hombres.

Odiadas o admiradas, deseadas o temidas, las mujeres poblaron las fantasías y las obras de los artistas del Renacimiento y del Barroco.
La exposición está dividida en cinco ámbitos diferenciados. En primer lugar encontramos a LAS HEROÍNAS: aquellas mujeres fuertes, personajes destacados de la historia, la religión o la mitología, que pasaron a la posteridad por haber llevado a cabo alguna acción heroica. Además de su valentía y patriotismo, son de gran belleza que algunas utilizaban para seducir.
A continuación, están LAS PÉRFIDAS que también utilizan la argucia femenina pero la gran diferencia con las heroínas es la intención de sus actos, el objetivo a conseguir o el enemigo a batir.
Por otra parte, LAS REBELDES son las que se atreven a desafiar la autoridad del hombre. No se las considera valientes, sino locas y así son representadas con una intención moralizante para alertar de los peligros que entrañaban ciertos comportamientos femeninos que suponían una alteración del orden social establecido; por ejemplo: la lucha por los pantalones. Esto constituía una amenaza para la jerarquía fundamental hombre/mujer que regía la relación entre ambos sexos y ordenaba el mundo.

En ese equilibrio de poder, la mujer aparece como una criatura fatal. La sociedad de los siglos XV y XVI consideraba a las hijas de Eva como LAS PECADORAS. Las mujeres eran lascivas y sexualmente insaciables, impuras, inmorales y una amenaza para la salvación de los hombres por ser generadoras e inductoras del pecado. Desde una visión a lo largo de la historia por topos como el Weibermacht, la mujer no es pecadora solo en el momento de cometer un pecado: la mujer es, en sí misma, el pecado.

En las primeras décadas del siglo XVI, los Kleinmeister (Pequeños Maestros)desafiaron el orden establecido al visibilizar en sus obras el poder de las mujeres. Por ejemplo, en la obra de Sebald Beham, la mujer es fuerte, autónoma, toma la iniciativa y muestra abiertamente su sexualidad. Este pintor y prolífico grabador fue castigado con la cárcel y el destierro por proclamar en su obra El triunfo de las mujeres.
¡Desde Mujeres y Patrimonio os animamos a visitar esta interesante exposición!
Giovanna G. de Calderón
MUJERES Y PATRIMONIO
1 de junio de 2023
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