GUIOMAR MANUEL
(Siglo XIV – 1426)
Bio
Mecenas hispalense y mujer adelantada a su tiempo, Guiomar Manuel nació a mediados del siglo XIV en Sevilla. Hija del rico mercader Manuel Saunín, aunque no de familia noble, supo granjearse la admiración y el respeto gracias a su bondad y filantropía. Fue un ejemplo de una religiosidad profunda y comprometida.
Enviudó en 1410 y, a partir de entonces, empleó su amplia fortuna para financiar obras cívicas en beneficio de los ciudadanos, principalmente de los más desfavorecidos. Entre las más importantes que acometió destaca la pavimentación de las primeras calles de Sevilla. Sufragó el solado con ladrillos en espina de pez en la plaza del Salvador, la calle Sierpes, la plaza de San Francisco y el Patio de los Naranjos de la antigua mezquita mayor, anticipándose un siglo al propio Ayuntamiento.
Consiguió una licencia regia para llevar el agua corriente desde los Caños de Carmona a los presos de la Cárcel Real, cuyos lamentos por el sufrimiento llegaban hasta su casa. Asimismo, reedificó la cárcel a sus expensas, dotándola de cañerías y fuentes.
Fomentó la construcción de varios conventos e incluso dejó en su testamento importantes caudales para la fábrica de la catedral gótica, cuya obra comenzaría en 1433, poco después de su muerte. Una placa en bronce indica donde se encontraba originariamente su lápida sepulcral que desapareció bajo el enlosado del siglo XVIII.
Además, cedió desinteresadamente unas ricas salinas que poseía en Utrera y en Sanlúcar de Barrameda, indispensables para la conservación de los alimentos en esa época, favoreciendo también el desarrollo de la ganadería.
Su marcada religiosidad no se basaba en la creencia, sino en la acción. Y no sólo ayudó a sus allegados, sino a cualquier persona que necesitara ayuda, independientemente de la moralidad de cada una de ellas.
Se puede ampliar información, en el libro del profesor Sánchez Saus “Una mujer en la Catedral de Sevilla”.