INÉS
DE CASTRO
(1320-1355)
Bio
Noble gallega, hija de Pedro Fernández de Castro, el de la Guerra, primer señor de Monforte de Lemos y nieto del rey Sancho IV. En 1339, Inés de Castro fue a Portugal para servir como dama de compañía a Constanza de Castilla, prima suya y futura esposa de Pedro, hijo del Alfonso IV, rey de Portugal. Pero Pedro se enamoró perdidamente de Inés, a pesar de estar casado con Constanza, por lo que fue enviada a Alburquerque, para alejarla de su hijo. Sin embargo, esa distancia hizo que su amor fuera aún más fuerte. En 1349, al morir Constanza tras dar a luz a su hija María, Pedro, en contra de la orden de su padre, se fue a vivir con Inés en el Monasterio de Santa Clara, en Coimbra.
Tuvieron cuatro hijos y, como eran primos, solicitaron al Papa la dispensa para casarse que les fue rechazada. El Rey Alfonso, temiendo que Inés fuese peligrosa para la estabilidad de la Corona y Portugal, decretó la ejecución de la gallega por tres caballeros de la corte portuguesa. Inés de Castro moría asesinada mientras Pedro estaba en una cacería. Iracundo, inició una revuelta contra su padre que falleció a los dos años, convirtiéndose Pedro I en rey de Portugal.
Lo primero que hizo fue ajusticiar a los asesinos de Inés de forma cruenta. Al primero le arrancó en vida el corazón por el pecho y a otro por la espalda. El tercero logró huir a Aviñón, donde se encontraba la Corte Papal, y finalmente fue perdonado. A continuación, proclamó su matrimonio secreto como válido ante las Cortes y coronó a Doña Inés como reina de Portugal. Además, le mandó construir un monumento fúnebre digno de su reina, en el Monasterio de Alcobaça.
Según la leyenda, cuando éste estuvo acabado, en 1361, exhumó el cadáver de Inés, con gran pomposidad. Así, lo trasladó hasta Alcobaça para coronarla como ella se merecía. La sentó en el trono y la engalanó con vestiduras reales. Obligó, bajo pena de muerte, a todos los nobles y cortesanos a que rindieran los honores debidos a Inés, reina de Portugal, besando su mano momificada. Tras la ceremonia de coronación se realizaron suntuosos funerales, depositando su cuerpo en una tumba de mármol blanco con una estatua coronada. Esta, se convirtió en una obra maestra de la escultura gótica, cerca de la cual hizo erigir Pedro su propia sepultura.