ISABEL
DE FARNESIO
(1692-1766)
Bio
Isabel de Farnesio fue una de las mujeres más notables del siglo XVIII. Princesa de Parma, reina consorte de España como segunda esposa del rey Felipe V y madre de Carlos III. En 1743, Isabel se convirtió en la única heredera legítima de los estados tanto de los Farnesio como de los Médici (ya que su bisabuela era Margarita de Médici). Cuando Felipe V enviudó, el Cardenal Alberoni apoyó este matrimonio para combatir a la camarilla francesa, encabezada por la Princesa de los Ursinos, consejera-espía para Francia. Isabel padeció los peores años de la enfermedad de Felipe V, víctima de un síndrome bipolar. Sufrió incluso malos tratos pero cuidó de su marido hasta su muerte. Gracias a su fuerte carácter, tuvo fuerzas para hacerse cargo del gobierno del reino y limpiar la corte de posibles adversarios.
A pesar de todo, la pareja se hizo inseparable y tuvieron siete hijos: el infante Carlos, futuro Carlos III; Francisco, fallecido al poco tiempo de nacer; el infante Felipe (futuro duque de Parma); el infante Luis, futuro conde de Chinchón; y las infantas María Ana, María Teresa y María Antonia. Nunca mostró afecto por sus hijastros, Luis I llegó a desterrarla al Real Sitio de la Granja de San Ildefonso, porque suponían un obstáculo para sus ambiciones. Incluso, cuando Luis I falleció de viruela, se sospechó que ella lo había envenenado. Tampoco fue una madre amorosa con sus propios hijos. Cuando Felipe V empezó a aislarse, su ambición le hizo utilizar todas las influencias para colocar a sus hijos en los tronos de Europa.
Disfrutó con el ejercicio del Poder Real, pero se granjeó muchos enemigos que la apodaron “la Parmesana”. Según los diplomáticos de la época, la consideraban “avariciosa, irracional, tozuda y belicista, sin importarle los costes de sus aventuras agresivas”. Al morir Fernando VI sin descendencia, subió al trono su hijo, Carlos III, por lo que esta volvió a la Corte. Pero las continuas peleas con su nuera, María Amalia de Sajonia, la hicieron retirarse hasta el fin de sus días en el Palacio de Aranjuez. Isabel fue enterrada junto a su marido en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso.