JUANA
DE PIMENTEL
(1404 – 1488 )
Bio
Juana de Pimentel y Enríquez, llamada «la triste condesa», fue una noble castellana de la Casa de Benavente condesa de Montalbán y señora de la villa de Arenas de San Pedro y su castillo. Era una mujer bella, fuerte y dotada de excelentes prendas físicas, moralmente intachable, dama ilustre y digna de las mayores alabanzas. Contrajo matrimonio con el condestable Álvaro de Luna, quien lo introdujo en la corte castellana como doncel del infante Juan, de quien se ganó la confianza y le nombró Condestable de Castilla y Gran Maestre de la Orden de Santiago.
En 1453, Álvaro de Luna fue decapitado y sus enemigos trataron de saquear sus bienes, incluso el castillo de Escalona, donde Juana de Pimentel se había refugiado con sus hijos y sus grandes tesoros. Tan fuerte se hicieron en la fortaleza, que el rey, viendo que no conseguía apoderarse de los tesoros allí acumulados, propuso a la condesa una capitulación donde Juana demostró saber defender sus derechos y los de los suyos y consiguió conservar lo que había llevado como dote a su boda, incluyendo Arenas de San Pedro y su Castillo. Juana comenzó una lucha para recobrar los bienes de su marido, firmando desde entonces sus documentos con el sobrenombre de «la triste condesa».
Después de la muerte del rey Juan II, en 1454, Juana tuvo que seguir defendiéndose del rey Enrique IV de Castilla. Llegando incluso a oponerse con las armas a los deseos del rey, quien la había emplazado a encontrarse con él en el castillo de Montalbán. Ella lo espantó con disparos de «truenos y lombardas», por lo que este intentó confiscarle determinados bienes como la villa de Mombeltrán y La Adrada. La condesa Juana entregó estas villas a Beltrán de la Cueva. El enfado del rey fue tan grande, que la condenó a ella y a su hijo, Juan de Luna, a muerte. Pero, gracias a la intercesión de los grandes de Castilla, la perdonó y donó Arenas de San Pedro para ella y sus herederos.