LAS PUELLAE DOCTAE EN LA CORTE ISABELINA
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Isabel I de Castilla dejó una profunda huella en nuestra historia, pero todavía existen algunos aspectos suyos no tan conocidos, como su afán por la educación y rodearse de un grupo de ilustradas, conocidas como las puellae doctae.
A finales del siglo XV y en pleno siglo XVI, llegan a España los ideales del Renacimiento y el Humanismo que dan importancia a la formación del individuo en las lenguas clásicas. Además, las universidades empiezan a aparecer en la península.
Esta presencia femenina en las altas esferas intelectuales alcanzó su máximo esplendor durante el reinado de Isabel la Católica, mujer culta y entusiasta de las letras y las artes. Las puellae doctae eran hijas de aristócratas o intelectuales y gracias a esa buena posición familiar pudieron contar con grandes maestros. Destacó Beatriz de Bobadilla quien estuvo desde muy joven al servicio de la reina y, gracias a su influencia, ésta tomó la decisión de apoyar a Cristóbal Colón.

Isabel acogió a destacados humanistas como Antonio de Nebrija, Alonso de Palencia, Luis Vives, Lucio Marineo Sículo, Pedro Mártir de Anglería y Beatriz Galindo, la Latina, entre otros.
Gracias a su importante labor de difusión, se recuperó esa cultura clásica y se empeñó en que infantas y damas del entorno palaciego se dedicaran a la investigación y al estudio de las lenguas antiguas. Según Sículo, la reina proporcionó maestros a todos los miembros de la Corte y, tanto doncellas como pajes, aprendieron a recitar clásicos latinos como Juvenal y Horacio. Otra herramienta importante al servicio de los cortesanos fue su biblioteca. Sabemos que, entre sus autoras predilectas, se encontraba Christine de Pizán, poetisa y filósofa humanista francesa cuya obra La ciudad de las damas (1405), es considerada la precursora del feminismo occidental.
Isabel valoraba mucho la educación intelectual de la mujer, por lo que los mejores profesores se encargaron de la formación de sus hijas. Empezaron por Isabel de Aragón (1470-1498) reina consorte de Portugal; el infante Juan (1478-1497), destinado a ser el heredero, algo que no se pudo realizar porque la tuberculosis se lo llevó con 19 años. La siguiente sería la futura reina Juana I de Castilla (1479-1555), que, cuando fue enviada por su padre a Flandes para contraer matrimonio con Felipe el Hermoso, su excelente educación le permitió hablar y responder en latín a los nobles y personalidades. María (1482-1517), reina de Portugal como segunda esposa de Manuel I, el Afortunado, hablaba perfectamente latín y lo puso de moda en la corte lusitana; Catalina de Aragón (1485-1536), fue el ejemplo más claro de educación recibida en la corte de su madre, casó con Arturo de Gales y posteriormente con su hermano Enrique VIII de Inglaterra. Dominaba el inglés, además del alemán, el francés, el griego y el latín y llegó a ser admirada incluso por Erasmo de Rotterdam.
Las hijas de Isabel la Católica fueron muy inteligentes y cultas. Brillaron en las cortes europeas y establecieron lazos políticos y artísticos con las cortes de Portugal, Países Bajos e Inglaterra. Más adelante, el mecenazgo desarrollado por reinas, virreinas e infantas españolas, permitió el resurgimiento de la educación femenina en otras cortes europeas, donde florecieron las puellae doctae como motor artístico dentro del Humanismo que recorría Europa.

Algunas de estas docentes fueron, la ya mencionada Beatriz Galindo (1465-1535) que ejerció como consejera de la reina y una de las mujeres más elogiadas de su tiempo. Su dominio de la cultura y las lenguas clásicas así como de filosofía desde muy joven, le valió el apodo de La Latina. Cuando la reina falleció, se retiró y construyó el Hospital de los Pobres de Madrid conocido con el nombre de La Latina; también fundó los conventos de la Concepción Francisca y de la Concepción Jerónima para la formación intelectual de mujeres pobres. Su residencia fue la casa-palacio de los Ramírez, hoy conocido como el Palacio de Viana.
Teresa de Cartagena (ca. 1420 y 1435-1478) fue religiosa, reconocida como la primera pensadora y escritora mística en español y su obra ha sido considerada por algunos autores como el primer texto feminista escrito por una mujer española.
Luisa de Medrano (1484-¿1527?) es reconocida como la primera profesora universitaria en el mundo hispánico aunque hay ciertas dudas sobre ello. También pasó por la Universidad Juana de Contreras que se atrevió a debatir con Lucio Marineo Sículo.
Y también se dice que estaba Francisca de Nebrija (siglo XVI), supuesta hija del famoso humanista Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana, pero los últimos estudios la consideran un personaje literario y niegan su existencia física.
Salvo algunas excepciones, sabemos muy poco de quiénes fueron estas puellae doctae. Pero tenemos constancia de que en poco tiempo surgió una pequeña generación de jóvenes mujeres expertas en cultura clásica, filosofía, latín, griego, hebreo y otras lenguas. Lo único que no se les enseñaba era retórica, porque se consideraba que era lo que daba acceso al poder y, tampoco había que pasarse con eso de la igualdad.
Desgraciadamente, llegó la Contrarreforma y acabó con este ambiente propicio para lo intelectual y la educación de las mujeres, quedando condenadas a la invisibilidad histórica.
Giovanna G. de Calderón
MUJERES Y PATRIMONIO
15 de junio de 2023
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