LUISA IGNACIO ROLDÁN, LA ROLDANA
(1652-1706)
Bio
Conocida popularmente como La Roldana, fue la primera escultora de la Corte de los Austrias. Nacida en Sevilla, aprendió el oficio con su padre, el gran escultor Pedro Roldán, ya que las mujeres en esa época no podían estudiar anatomía. Fue la quinta de los doce hijos del matrimonio y tanto ella como sus hermanos trabajaron en el taller del padre que era profesor de dibujo en la Academia de Sevilla.
Pedro Roldán no dio su consentimiento al matrimonio de su hija con Luis Antonio Navarro de los Arcos, sin que se sepa la causa. Finalmente, los jueces le dieron la razón y pocos días después se celebró el enlace, lo que demuestra que Luisa era una mujer independiente y con una fuerte personalidad. Tuvo siete hijos, aunque parece ser que no fue un matrimonio muy bien avenido.
España se encontraba en plena Reforma por lo que su escultura fue de temática religiosa. Siguiendo las directrices del Concilio de Trento, la Roldana trató de humanizar el arte de las imágenes para acercar la religión al pueblo, dotándolas con gran movimiento y expresividad, convirtiéndose así, en una de las principales figuras de la escultura del barroco en Andalucía.
Cuando tuvo su propio taller, trabajó para el cabildo catedralicio de Cádiz, en Sevilla y, finalmente, en Madrid como escultora de cámara para los monarcas Carlos II y Felipe V hasta su fallecimiento. Realizó esculturas de tamaño natural para procesionar, en madera o barro cocido con policromía. Asimismo, realizó numerosos belenes en terracota de estilo italiano.
A pesar de su fama, no se enriqueció y ni siquiera pudo llevar una vida decente. De hecho murió en la pobreza más absoluta.
Entre sus principales obras destacan: “Los primeros pasos de Jesús”, antecedente de los nacimientos del siglo XVIII o “San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña”, donde muestra su maestría en la composición y el dominio de la técnica.
Otras obras destacadas son: la Virgen de la Estrella; Ecce Homo, San Servando y San Germán, Niño Jesús quitapesares, Desposorios místicos de Santa Catalina o el Arcángel San Miguel con diablo a sus pies.