PIONERAS UNIVERSITARIAS EN ESPAÑA
¡Escúchalo en audio!
Aunque hubo excepciones como María Isidra de Guzmán en el siglo XVIII, el acceso de las mujeres a la universidad no se produce hasta finales del siglo XIX. En 60 años, la universidad española pasó de ni siquiera contemplar a la mujer dentro de la enseñanza superior, a prohibir su acceso para, finalmente, permitirlo en igualdad de condiciones.
La primera universitaria que accedió a la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona fue María Elena Masera Rivera que necesitó un permiso del rey Amadeo I para estudiar la carrera. Sin embargo, este permiso no le habilitaba para acceder al aula y durante tres años tuvo que recibir clases en privado hasta que sus profesores, viendo sus buenas calificaciones le permitieron asistir presencialmente. Dentro, María Elena tenía reservado un asiento en la tarima al lado del profesor ya que no podía sentarse con sus compañeros. Masera se convirtió en la primera mujer matriculada oficialmente en una universidad en España. Otras, como Concepción Arenal, lo habían hecho anteriormente vestidas de hombre para estudiar Derecho, en 1841. Masera finalizaría sus estudios en 1878 pero no se le dio permiso para realizar el examen de la Licenciatura hasta 1882. Nunca ejerció la medicina al no querer realizar el doctorado vistas las trabas burocráticas del camino.

Otro ejemplo más estimulante es el de María Delors Aleu Riera quien, dos años más tarde, acudió a la misma Facultad de Medicina. Al entrar fue recibida a pedradas, motivo por el cual su padre decidió ponerle dos escoltas que la acompañarían durante toda su carrera. Se doctoró y ejerció con éxito la profesión durante veinticinco años. Se especializó en ginecología y medicina infantil y en su consulta atendía y curaba mujeres burguesas que llevaban años con dolencias ginecológicas sin atender, por no acudir al médico a causa de la vergüenza. También se dedicó a asistir a prostitutas, a madres solteras, a mujeres pobres del barrio chino y a niños huérfanos de la Casa de la Caridad, de forma altruista.
En 1882 de nuevo los derechos retrocedieron por el debate creado en el Consejo de Instrucción Pública que precisaba que solo lo podrían solicitar las estudiantes que ya habían finalizado sus estudios. Hasta 1888 se prohibió que las mujeres pudieran acceder a estudios superiores y, a partir de esta fecha, siempre y cuando el Consejo lo autorizase y una vez revisado caso por caso, podían ser examinadas para licenciarse, pero no a asistir a clase. Tantos obstáculos son la razón de que en el siglo XIX, tan solo hubiera 107 mujeres matriculadas en las diez universidades existentes en España.
Finalmente, el Real Decreto del 8 de marzo de 1910 autorizó por igual la matrícula de alumnos y alumnas, permitiendo acceder a ambos sexos a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones. Francisco Giner de los Ríos, influido por el krausismo, fundó la Institución Libre de Enseñanza en 1876, y logró influir en el diseño de la Educación Nacional, creando la Junta para Ampliación de Estudios, en 1907. Fundó la Residencia de Estudiantes en 1910 con el objetivo de crear un ambiente de convivencia que permitiera un estímulo intelectual.
Seguidamente, logró que la Residencia de Señoritas abriera sus puertas en octubre de 1915 cuyo objetivo principal era el fomento de la educación universitaria para la mujer. De esta institución salieron políticas como Victoria Kent, y prácticamente la totalidad de las mujeres que influyeron en la sociedad española del primer tercio del siglo XX, como las “Sinsombrero”.

Sin embargo, la Institución Libre de Enseñanza tenía el problema de la neutralidad religiosa. Consciente de este problema, el Padre Pedro Poveda, fundó en 1911 la Institución Teresiana, siendo ésta la iniciativa educativa más importante para la mujer universitaria dentro del ámbito católico.
Con la guerra civil y posterior dictadura habrá de nuevo un retroceso en materia de educación femenina, al reinterpretar e imponer el modelo del siglo XIX conocido como “el ángel del hogar”.
No será hasta 1953 que una mujer, María de los Ángeles Galino Carrillo, apruebe la oposición para una cátedra de universidad en España.
Giovanna G. de Calderón
MUJERES Y PATRIMONIO
15 de mayo de 2023
Deja una respuesta