POLIANDRIA
EN LA CULTURA
GUANCHE
Bio
Existían algunas diferencias notables entre las culturas desarrolladas en las islas Canarias relacionadas con el matrimonio. La pareja hombre y mujer era lo más común con diferentes matices: mientras que en Tenerife y Gran Canaria la elección era por ambas partes, en El Hierro, el hombre elegía a la mujer y le daba un regalo al padre de la novia, y en La Palma, el matrimonio era respetado y constituía el fundamento de las relaciones sociales. No obstante, según el Padre Espinosa, en Tenerife, “tenían tantas mujeres como podían”, y según las crónicas de Bethencourt, en Lanzarote, “cada mujer poseía tres maridos y cada uno de ellos tomaba la función de tal durante un mes y los otros dos meses como colaborador en el trabajo”. Tiene cierta lógica ya que, al tratarse de una isla con pocos recursos, la poliandria era un medio para evitar la superpoblación.
La Gomera, al estar más aislada, tenía tradiciones más arcaicas: iban desnudos sin avergonzarse, la familia apenas existía y las relaciones sexuales se daban cuando surgían. Asimismo, era habitual ceder la mujer sin celo alguno. Cuando se concertaba el matrimonio, la novia era cebada durante un mes en casa de sus padres, ya que la gordura se consideraba un canon de belleza, y para que engendrara hijos grandes y fuertes. Durante el festejo del matrimonio, había baile y convite y asistía el mencey o guanarteme que tenía derecho de prelibación o de pernada, que consistía en acostarse la primera noche con la novia, práctica que también se llevaba a cabo en varios pueblos europeos. Las relaciones matrimoniales podían romperse por ambas partes indistintamente.