SANTAS JUSTA
Y RUFINA
(Siglo III)
Bio
Según la leyenda, las hermanas Justa y Rufina nacieron en Hispalis bajo el dominio romano en los años 267 y 270, respectivamente, y fueron condenadas a prisión, martirio y muerte. Eran hijas de un pobre alfarero y miembros de la clandestina comunidad cristiana en la Sevilla del siglo III.
Durante la fiesta de Venus, era costumbre pedir limosna para la celebración. Cuando llegaron a casa de Justa y Rufina, éstas se negaron a pagar por ser contrario a su fe. Además, hicieron añicos la diosa que llevaban, provocando la cólera de las devotas que se lanzaron contra ellas. El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas. Las santas se negaron, por lo que fueron martirizadas, primero sufrieron el tormento del potro, luego las mortificaron con garfios de hierro. Como el castigo no surtió efecto, fueron encerradas en la cárcel donde pasaron del hambre y la sed. La siguiente tortura fue que debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena. Viendo que nada las vencía, mandó encarcelarlas hasta morir. Al fallecer Santa Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría, pero se equivocó, por lo que la condenó a ser devorada en el anfiteatro por un león. La bestia se le acercó dócilmente y lamió sus vestiduras como un animal de compañía. Desesperado, el Prefecto la mandó degollar y quemar su cuerpo. El obispo Sabino recogió los restos de ambas hermanas y las enterró en el año 287.
Son patronas del gremio de los alfareros y de la ciudad de Sevilla, en cuyo altar de la catedral destaca un grupo escultórico de Duque Cornejo (S. XVIII). Asimismo, se las considera protectoras de la Giralda ya que la tradición apunta que las santas bajaron del cielo y, apoyándose en ella, la salvaron del terremoto de 1504. Tras la conquista de Sevilla, Fernando III el Santo erigió numerosas iglesias consagradas a estas santas. Sus atributos son la palma, elementos de alfarería, el león y la Giralda.