SEGOVIA Y LA FIESTA DE LAS ÁGUEDAS
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La ciudad vieja de Segovia, testigo de miles de años de historia, es Patrimonio Mundial desde 1985. Destacan monumentos soberbios como el acueducto romano del 50 d.C., la catedral gótica del XVI o el Alcázar iniciado en el siglo XI, y testigo de la Fiesta de las Águedas.
Es en Zamarramala, actualmente un barrio de Segovia, donde se inicia esta fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, que celebra el valor de las mujeres zamarriegas que ayudaron a reconquistar el alcázar de Segovia, ocupado por los musulmanes. El 5 de febrero de 1227, las mujeres vestidas con sus mejores galas fueron hasta sus puertas y entretuvieron a la guardia morisca con sus bailes hasta que los sarracenos se unieron a la fiesta, mientras que los cristianos se introdujeron y tomaron la fortaleza.
La acción tuvo sus consecuencias y los musulmanes apresaron a la cabecilla de las mujeres. Como escarmiento, le cortaron los senos, emulando el castigo que soportó Santa Águeda, mártir cristiana de mediados del siglo III d. C., en Catania (Sicilia), representada con una bandeja en la que lleva sus pechos cortados. Está considerada la protectora de las mujeres en general, a la que acuden las embarazadas y lactantes y, además, es la patrona de las enfermeras.

Desde el siglo XIII, se celebra esta fiesta en la que las mujeres mandan por un día y los hombres pasan a un segundo plano. Las protagonistas son dos mujeres elegidas como Alcaldesas que asumen el poder municipal portando el bastón de mando. Hay que tener en cuenta que las mujeres casadas y madres estaban sometidas en mayor o menor medida a la autoridad masculina y a las normas sociales vigentes y un día sin obligaciones en tiempos pasados suponía una gran liberación. Además, ese día los hombres tenían que realizar las labores habituales de las mujeres.
La fiesta se prolonga durante varios días con una programación muy detallada que se inicia el jueves con la visita de las dos alcaldesas, ataviadas con el traje típico que llaman «de avisar», a la persona al frente de la Alcaldía de Segovia y otras autoridades para recibir el bastón de mando.
Entre la multitud de actos, se celebran misas y se saca a la santa en procesión donde las aguederas recorren el camino bailando al son de una música de tamboriles y dulzaina. Al llegar a la entrada del pueblo los abanderados (un hombre casado y otro soltero) juran las banderas arrebatadas a “los moros” en honor a Santa Águeda y las bailan ante la vista del Alcázar. Las dos alcaldesas también bailarán la jota recordando a sus valientes antepasadas. Después, se nombran las aguederas honorarias y al Ome Bueno e Leal de Zamarramala.

Como fin de fiesta, las mujeres orgullosas llevan a cabo la Quema del Pelele mientras siguen bailando. Luego entregan una condecoración satírica, al Matahombres de oro, varón que a lo largo del año ha descalificado al sexo femenino. Finalmente se produce la reconciliación entre hombres y mujeres que se unen a la Fiesta para la toma de la “tajada” que consiste en chorizo cocido al vino blanco. La fiesta se prolonga hasta la noche y, finalmente, el lunes acaba el mandato de las dos Alcaldesas.
MUJERES Y PATRIMONIO
Giovanna G. de Calderón
14 de febrero de 2023
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