TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A SANTIAGO
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Los caminos de Santiago se crearon después de que, en el siglo IX, se descubriera en el territorio de esta localidad un sepulcro que, según se cree, encierra los restos mortales del apóstol Santiago el Mayor.
En 1993 se inscribió el Camino de Santiago de Compostela como Bien declarado Patrimonio Mundial que, hasta entonces solo incluía el Camino Francés. En julio de 2015 se completó la inscripción con las cuatro rutas de los Caminos del Norte (Camino Costero, Camino Primitivo, Camino Lebaniego y Camino Interior Vasco-Riojano). Fuera de la UNESCO, están la Vía de la Plata que es el camino más largo con 960 km y, por último, el Camino de Fisterra y Muxía, probablemente la ruta de peregrinación más antigua que se hacía para adorar el sol al anochecer, cuando se sumerge en el Océano Atlántico.

Estamos en tierra de peregrinos y actualmente, cada vez son más las mujeres que recorren este Camino, sobre todo desde la costa portuguesa. La primera viajera de la historia, Egeria, nació en Gallaecia en siglo IV y escribió un diario o libro de viaje narrando sus periplos por Roma, Estambul o Jerusalén. Pero ¿cuándo empezaron las mujeres a peregrinar a Santiago? Ya lo hacían en la Edad Media y, generalmente, eran damas de la nobleza que acompañaban a sus cónyuges, como lo prueban las numerosas donaciones que quedaron registradas en las iglesias.
Es el caso de Jimena Garcés, reina consorte de Asturias por su matrimonio con Alfonso III, el Magno, con quien tuvo ocho hijos. En 899 peregrinó a Santiago acompañando a su marido y ambos donaron una cruz recubierta con oro y piedras preciosas a la catedral de Santiago de Compostela, similar a la Cruz de la Victoria que habían ofrecido antes a la de Oviedo.
Entre las peregrinas más destacadas está Gilberga de Flandes en el siglo XII. Junto con el abad Aymeric Picaud, llevó el original del Códice Calixtino a Santiago de Compostela, por la redención de sus almas. Se sabe poco de ella pero es la única mujer que aparece en esta obra donde se la menciona al final del libro como sotia (socia). Los datos confirman que fue la primera mujer en realizar el camino francés y se le atribuye la autoría del Libro V, Liber Peregrinationis. Este volumen constituye una guía de viajes con consejos, descripciones de la ruta y de las obras de arte así como de las costumbres locales de las gentes que vivían a lo largo del Camino de Santiago. Según la investigadora italiana, Carmen Pugliese, es posible que fuera escrito por ella por el enfoque claramente femenino, debido a que se recrea más en los detalles, habla de la cocina de los lugareños, advierte de los peligros y se fija más en la arquitectura, entre otros pormenores. ¿Qué poder tenía esta mujer para estar tan relacionada con monjes, Papas y personalidades históricas?

Isabel II de Portugal por su matrimonio con Dionisio I, fue la primera mujer conocida que hizo varias veces el Camino Portugués. Destinó grandes cantidades de dinero para construir hospitales, escuelas gratuitas y refugios para huérfanos, así como numerosos conventos para aliviar el sufrimiento de los peregrinos. Cuando enviudó tomo el hábito de las clarisas y fue canonizada en 1625.
Por otra parte está Santa Brígida de Suecia que es la patrona de Suecia, una de las patronas de Europa, así como de las viudas. Fue santa, escritora, filósofa, política, teóloga y memorialista. Tuvo muchas visiones, auguró la muerte de varios papas y denunció la mundanidad del papado, contraponiéndola a la humildad de Pedro. A mediados del siglo XIV peregrinó junto con su esposo desde Suecia a Santiago de Compostela. También fue a Nídaros (actual Trondheim), a Roma y a Jerusalén, completando los cuatro puntos cardinales de la peregrinación cristiana. Cuando enviudó, repartió sus bienes entre sus herederos y los pobres, para vivir de manera sencilla en las inmediaciones del convento de Alvastra. Más tarde fundó en la Abadía de Vadstena la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, conocidas como las brigidinas.
La quinta etapa discurre por el pueblo navarro de Puente la Reina, que toma su nombre de una reina de Navarra quien lo mandó edificar sobre el río Arga a mediados del siglo XI. Se cree que fue Doña Mayor, esposa de Sancho III, el Mayor, si bien no se descarta que fuera la reina Estefanía desposada con García el de Nájera, hijo de Sancho III, el Mayor. Lo que está claro es que el objetivo era facilitar el paso de comerciantes y peregrinos por la villa convirtiéndola en una de las más importantes del camino, como así fue.
En la etapa que va de O Cebreiro a Triacastela, a 1242 metros de altitud, se encuentra el Hospital da Condesa, una aldea lucense en la que en el siglo IX se construyó un hospital para los viajeros por orden de la condesa Doña Egilo, siendo la primera fundación femenina que se conoce en todo el camino.
Descubre el increíble patrimonio arquitectónico con edificios destinados a satisfacer las necesidades materiales y espirituales de los peregrinos: puentes, albergues, hospitales, iglesias y catedrales.
Anímate a hacer una etapa y conoce a esas mujeres jacobeas que fueron las pioneras en la mejora de las infraestructuras del Camino de Santiago.
Giovanna G. de Calderón
Julio 2022
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